Este post daría para toda una paja mental antropofilosófica. Cuando aún era usuario de Windows (porque ya no lo soy, ¡eureka!) siempre me hizo mucha gracia la opción que el explorer te daba en ocasiones como esta:
¿No es humorísticamente genial? ¿No sería maravilloso disponer de este botoncito en otras facetas de nuestra vida? Imaginaos cuando discutís con vuestra pareja. Es un KO seguro para el hombre, derrota segura. Y antes de que ese KO se convierta en un auténtico caos, ¿no sería maravilloso disponer de este botoncito ante preguntas como “tengo razón o no”?
“Sí a todo”. ¿Os imagináis responder así en una boda? ¿Y tener una mujer cuya respuesta habitual fuera esa? Y saliendo ahora del terreno sexual, ¿os imagináis que pasada poder usarlo en todas las demás facetas? No es tan raro, suele ser la respuesta común entre ex grandes hermanos que pierden la dignidad con tal de seguir en televisión a toda costa por ejemplo.
El quid de la cuestión estaría en cómo formular esas preguntas para que resultasen lo más provechosas posibles porque claro, ella sólo puede que afirmar. Por ejemplo, imaginaos que queréis que os prepare la comida. En vez de decir algo así como “Cariño, me muero de ganas de que un día de estos hagas ese bacalao al pil pil que tan rico te sale” que dirías normalmente, podrías decir: “Cariño, ¿este lunes podrás hacerme bacalao, el martes paella, el miércoles bogavante, el jueves churrasco y el viernes confit de pato?”. La suculenta respuesta sería “Sí a todo”. Si encima pudieras anteponer un "y no acepto un no por respuesta" ya serías la envidia de todos tus amigos. Llevas los pantalones macho, eres el rey de la casa, el señorito, el puto amo macho.
No voy a entrar en el terreno sexual. No estaría al nivel y creo que os las apañáis solos. No obstante pensad ahora en masajes, recados, marrones que encasquetar a otro, labores de limpieza del hogar, pedicura, higiene post-fecal, ¡da para todo!
“Sí a todo”. La respuesta de los hombres sin problemas. La frase idónea para evitar marrones y encaramientos. Soberbia filosofía para una vida en pareja feliz que reduce al mínimo las disputas y tensiones de pareja hasta que te dejan por ser un soso condescendiente (si es que, las mujeres lo quieren todo joder). Hay que afrontar la vida con optimismo, afirmación y disposición. Requiere de altas dosis de infraorgullo y falta de personalidad pero, ¡qué cojones!,
“Sí a todo”. ¿Os imagináis responder así en una boda? ¿Y tener una mujer cuya respuesta habitual fuera esa? Y saliendo ahora del terreno sexual, ¿os imagináis que pasada poder usarlo en todas las demás facetas? No es tan raro, suele ser la respuesta común entre ex grandes hermanos que pierden la dignidad con tal de seguir en televisión a toda costa por ejemplo.
El quid de la cuestión estaría en cómo formular esas preguntas para que resultasen lo más provechosas posibles porque claro, ella sólo puede que afirmar. Por ejemplo, imaginaos que queréis que os prepare la comida. En vez de decir algo así como “Cariño, me muero de ganas de que un día de estos hagas ese bacalao al pil pil que tan rico te sale” que dirías normalmente, podrías decir: “Cariño, ¿este lunes podrás hacerme bacalao, el martes paella, el miércoles bogavante, el jueves churrasco y el viernes confit de pato?”. La suculenta respuesta sería “Sí a todo”. Si encima pudieras anteponer un "y no acepto un no por respuesta" ya serías la envidia de todos tus amigos. Llevas los pantalones macho, eres el rey de la casa, el señorito, el puto amo macho.
No voy a entrar en el terreno sexual. No estaría al nivel y creo que os las apañáis solos. No obstante pensad ahora en masajes, recados, marrones que encasquetar a otro, labores de limpieza del hogar, pedicura, higiene post-fecal, ¡da para todo!
“Sí a todo”. La respuesta de los hombres sin problemas. La frase idónea para evitar marrones y encaramientos. Soberbia filosofía para una vida en pareja feliz que reduce al mínimo las disputas y tensiones de pareja hasta que te dejan por ser un soso condescendiente (si es que, las mujeres lo quieren todo joder). Hay que afrontar la vida con optimismo, afirmación y disposición. Requiere de altas dosis de infraorgullo y falta de personalidad pero, ¡qué cojones!,
¡SÍ A TODO!
jajaj yo quiero un si a todo también. Y que venga sin instrucciones, faltaría más.