Led Zeppelin - Carouselambra

Supongo que, como fan de los Zeppelin, habré oído esta canción hace mucho tiempo... pero el caso es que no la recordaba pese disponer de todos los discos de la banda.

Aquella noche era fría, solitaria y desesperanzada. Creo recordar que hacía mal tiempo e incluso llovía a ratos. No, desde luego no eran buenos tiempos. A la intemperie todo parecía catastrofista y desilusorio de la mano de la ingenua certeza que tenemos los humanos cuando pensamos que la cosa no puede ir peor. Me gustaría contar lo que hacía ahí, pero creo que todavía no he llegado al estado mental adecuado como para hacerlo. Tan sólo añadiré que, de aquella, pensaba que el amor se había ido.

Lo mejor de todo aquello era cuando acababa. Cuando por fin llegaba a casa y tras una fría ducha de agua caliente me reconfortaba lo suficiente como para arroparme con la sábana y confiar en que esa situación llegaría más rápidamente al día siguiente. No era feliz... creo que estaba lejos de hacerlo.

Pero eso era más tarde, por la mañana.

Aquella noche paseaba por la puerta de lo que a ratos me parecía poco menos que un infierno. El reflejo de una patente falta de talento o tremenda falta de suerte. Deambulaba por las esquinas disfrutando de la soledad con el cuidado suficiente para que la oscuridad tapase mi rostro. No quería ser visto... no así. Las piedras son frías para sentarse y yo no estaba ahí para eso. En realidad en mi interior algo me decía que tampoco para lo otro... que no era suficiente. Me costó mucho sacar adelante ese curso pero quiero pensar que las lecciones de la vida como mucho me harán repetir asignaturas pero no abandonar los estudios. La maestra vida me tenía dando vueltas por el patio castigado... todavía no sé porqué.

Pero aquella guitarra desgarró mi interior. Era pesada, triste y profunda. Quizás lo bueno de no recordarla era precisamente eso... Virgen de nuevo comedí mi llanto. Una y otra vez, una y otra vez, sin cesar. Oía y miraba al fondo de aquel camino boscoso y oscuro que no conocía tregua ni bondad antes de la visita del amanecer.
Era psicodélico y no especialmente triste en todo su desarrollo. Como las genialidades que como azucarillos arrojan satisfacción en fragmentos que tiene la vida; la de los más infelices al menos. Me encantó ese tema y pensé como un loco en buscarlo. Tenía que averiguar el nombre, el resto me daba igual.

Esas notas cautivaron mi interior aquel día y grabaron con el mejor de los recordatorios uno de los capítulos más tenues de mi vida. Es una pena.

En la cama, como en la vida, conviene estar arriba y abajo. Estar siempre arriba es grato, pero es cosa de pocos. Dicen que prevenir es curar sin embargo, a veces los humanos tendemos a sanar nuestras heridas antes de que surjan, precisamente para tenerlo algo más de la mano en cuanto sangramos de verdad.

Esto esta levemente dedicado a todos los que sangramos por sufrir algo que no merecemos. Ojalá todos podáis encontrar vuestra propia sintonía.