Recuerdos para el ¿olvido? (II)

Viendo este enlace-homenaje a aquel exitoso y, ahora, anticuado teléfono móvil: el Nokia 3210 me ha dado por buscar algunas imágenes de viejos gadgets que en su día fueron de mi propiedad.

Yo jamás tuve un Nokia 32XX. Siempre quise tener uno pero, de aquella, la hegemonia de Nokia en dicho mercado tampoco estaba tan perpetrada y contemplaba otras posibilidades. En mi caso, el primer teléfono que adquirí fue en el año 1998 y era este vetusto Siemens S10

No tenía absolutamente nada de las ventajas que hoy día consideramos básicas: nada de politonos, nada de conexión a Internet o WIFI, 3 novedosos pero únicos y rupestres colores y un tamaño y un peso más que molesto si no disponías de bolso o no te apetecía descoyuntarte el hombro. Tenía un curioso botón en el lateral que permitía grabar a tu interlocutor durante 20 segundos. Por supuesto no se le podía añadir como tono de llamada ni de nada.
Fue un regalo que quise hacer a mi madre. Recuerdo que, de aquella, para captar clientes en el por entonces emergente mercado del teléfono móvil, la oferta habitual era pagar unas cinco mil pesetas y conseguir a cambio el teléfono con 12 o 15 mil pesetas de saldo. Los únicos operadores eran la cara Movistar (¿recordáis el timo de aquel contrato de tipo "clásica"?) y Airtel (ahora Vodafone).
Recuerdo que el chollo en aquellos años era crearse un teléfono 906 y emplear el saldo del teléfono en tu propia centralita. De esa manera, el saldo ofrecido de forma promocional podía conseguirse en líquido, descontando ciertas comisiones por el servicio de número especial. Eso ya no es viable a fecha de hoy.

También me he acordado de la primera grabadora de CD que tuve jamás. El CD era todavía un formato caro y muy poca gente tenía la posibilidad de grabarlos. Recuerdo que en mi barrio había una tienda que de forma oculta copiaba CD's por la prohibitiva cifra de tres mil pesetas que, de aquella, parecían más costosas dada mi edad. Solía pagar estas cosas a medias con mi amigo Francesc (por cierto, te espero para la Euskal de este año, ¿eh?). Luego financiábamos nuestro hobby revendiendo copias y trapicheando en el instituto, como adolescentes cualesquiera.

Cansados de esta situación, decidimos comprarnos una grabadora. El primero fue mi amigo Francesc con la, por entonces, famosa Philips CDD 3610. Tenía otro nombre más comercial, pero no lo recuerdo. Grababa a 2x y se tiraba más de dos minutos para cerrar el CD tras la media hora ineludible que se tomaba para grabar un CD completo. Sí amigos, media hora. Aquello era un aburrimiento. Sobretodo teniendo en cuenta que, como lo describían algunas revistas especializadas, el proceso llevaba consigo cierto halo de "misticismo" que mermaba notablemente la posibilidad de trabajar con el PC si mientras intentabas grabar algo. Mejor dejarlo hacer tranquilo. Claro que lo más potente por aquellos tiempos era un Pentium 200 MMX que pocos teníamos. Lo habitual era un 120 (como el mío!), un 133, un 150 (aunque este era algo más raro, era más habitual el modelo de 166 Mhz). Nada que ver con los Gigahertzios de hoy día.

Recuerdo también que los CDs vírgenes solían ser marca Traxdata. Solían venir con una caja dura con constantes sorteos de Ferraris que, al menos a mi, no me tocaron jamás.

Un poco más adelante, viendo lo tedioso que resultaba esperar media lenta hora para grabar un CD de 650 megas, yo también me compré mi propia grabadora. Era un HP CD-Writer Plus 8100. Todavía recuerdo la prohibitiva cifra de 72.000 Pesetas que me costó el capricho de grabar un CD en algo más de 20 minutos. Encima me la acabé cargando por hacer el burro con la opción de Reset y un mondadientes. Claro que, de aquella, ya habían bajado un poco.

En fin, todo esto no tiene gran interés para nadie pero me resultó grato recordarlo. Mejor lo dejo ya.