Voy a desvelaros una verdad acerca de un cuento que, en su momento, me dejó completamente anonadado.
En la versión original de La Bella Durmiente de Giambattista Basile (1575-1632), la princesa durmiente Talia, que yace dormida (en realidad muerta tras haberse pinchado con una astilla envenenada, oculta entre unos hilos de lino) en un palacio sito en mitad de un bosque, es encontrada por un noble, que la viola sin más miramientos y huye, raudo, del lugar. Recuérdese que en la versión dulcificada de Charles Perrault, el noble, transmutado en príncipe, la despierta con un beso tras su largo sueño de cien años. En la versión original, la Bella Durmiente queda embarazada, y a los nueve meses da a luz dos hermosos gemelos, llamados Sol y Luna, sin que, por ello, llegue a despertar. Un día, el pequeño Sol chupa el dedo de la madre y extrae la astilla envenenada, con lo que Talia despierta. Tras algunas visitas esporádicas pero "fructíferas" del príncipe, su mujer legítima, enterada de que la Bella del bosque es madre de varios hijos bastardos de su marido, manda prender a esos vástagos ilegítimos para que sean degollados y servidos en un cruel banquete a su esposo. Afortunadamente, como no pueden ser desdichas y crueldades, un cocinero se apiada de los pobres niños y cambia su carne por la de una cabra recién sacrificada.
Ya lo dejé claro via twitter tras un comentario de @KpitalK. La historia está sacada de un libro sobre anécdotas de la historia que firma el historiador Gregorio García Duval. El título es "El Libro de los Hechos Insólitos" y es uno de mis libros favoritos ;)
suena bastante más creible que la falsa.bueno, es que esta suena totalmente real! creo que se la empezaré a contar a las niñas para que no se anden con gilipolleces y vean como es realmente la vida :-)