El toro por los cuernos...

Me hacen gracia los reproches que Mercedes Milá (M&M's para los sucios internautas) ha dirigido a Ana Toro (AKA Pedro Reyes para los sucios seguidores) por su comportamiento en la casa. Cierto es que su actitud no fue la pactada en el contrato -ignoro si existe una cláusula económica por tales perjuicios- pero viniendo de una persona que parece vivir una realidad un tanto “paralela”, cabía esperar algo así.

Pienso que las intenciones de Ana iban por aquí. Ahora que ya sabe lo que hay después, cómo funcionan los platós y el inmenso rechazo que produce cualquier antagonista de Iván tengo la corazonada que la creativa no dejó nada al azar. Por otra parte sabe que el público jamás premiaría a una concursante que entra fresca como una lechuga tras tres meses de concurso con un apremio al desgaste de la convivencia de 300.000 €. Ahora que su relación con Germán no ha colado siquiera para marcarse unos Ana Rosas y que su boom se ha desvanecido levemente, la histriónica creyó que con polémicas contra la organización y el formato podrían darle el protagonismo y el lucro económico deseados. No es bueno morder la mano que te da de comer.
En GH no se ve todo ni nada es tan transparente como M&M's pretende hacernos creer. El tema de la readmisión de un concursante expulsado es algo que suscitó desacuerdo entre muchos seguidores, pero Tele5 hizo caso omiso. Si fuera un activo votante estaría muy disgustado con el programa. En GH 9, la experiencia con Amor (que también se fue de la lengua, aunque no tanto) no fue demasiado positiva pero eso no ha bastado. Este año, con un share cada vez más bajo, hay que rascar pasta de donde sea: portátiles, preguntas estúpidas que todo el mundo sabe y que nos venden como sólo apto para die-hard fans, llamadas para echar, para readmitir...
En realidad para Tele5 el tema de Ana Toro ha servido para volver a darse baños de pureza y transparencia sobre su formato. Con una moralina del rollo “en GH todo es tal cual se ve, no hay influencias externas” pretenden seguir defendiendo la tantas veces vulnerada virginidad de la que el formato tanto escasea. ¿Qué me dicen de los gritos de la gente que acude a Guadalix? ¿Y de los abucheos del público que tanto han sorprendido a Almudena? ¿Y los fallos en la megafonía? Todo eso también repercute en el aislamiento de unas personas partícipes de un formato televisivo disfrazado de experimente sociológico.

En fin, que les peten a todos. Vamos a hacer un repaso de lo que queda ahora:

Palomares: por fin, a la puta calle. Sabía que él y Liz iban a ser los principales nominados y no me equivoqué. Lo de su exagerada pluma no se lo creía nadie ya y esa actitud infantiloide de un payaso que dice que se va a casar con su novia crispaba a todo el mundo. Me alegro que haya salido porque se tenía muy estudiado el papel de chacha limpiadora que no discute con nadie y que se pasa el día cantando y haciendo el subnormal. Con Mimi y Fresita hemos tenido bastante. Por cierto, hoy le he visto hablando con JJ. Vázquez en el resumen y no parecía tan subnormal. Disfruté viendo el jeto cada vez más desencajado que se le iba quedando mientras veía que el resto de sus compis nominados se iban pirando. Creo que se veía todo un ganador y que confiaba en su ficticia pluma como arma estratégica para ganarse una simpatía de un público al que llego a empalagar con tanta forzada dulzura.

Orlando: insisto, este tío apunta maneras. Guapo, no se moja, es divertido, ha tenido sexo en la casa (lo cual le implica un poco más en la historia de esta edición), es de origen humilde... todo un potencial ganador y, teniendo en cuenta que este año gana un tío, tiene muchas papeletas.

Iván: mi favorito por ser lo más parecido a mi edición desde que esta hubo terminado. Ahora ya santificado por tantas salvaciones, tiene pinta de finalista absoluto. Dudo demasiado que gane -jamás hubo un ganador tan controvertido- pero sería un final bastante loable para un GH que sólo parece premiar a los políticamente correctos (¡ay no! Que premia el público, claro, claro...)

Almudena: la más odiada después de Palomares a estas alturas de concurso. Probablemente mantenida con vida gracias al buenrollismo que mantiene con el fortificado Iván. Es fea, ordinaria y molesta para la vista y el oído. Le auguro un penoso y merecido cuarto puesto.

Liz: al final la negrita playboy ha salido mejor parada de lo que cabía esperar: guapa, modelo, mujer y negra... todo trabas. En realidad creo que el mérito de estar en la casa aún se debe al haber estado sentada junto a gente que producían más repudia que ella misma. No durará a menos que GH quiera premiar a una pobrecita negrita desvalida con una niña pequeña a la que asegura que no puede ver (luego le ponen a la cría por teléfono y tienen que cortar porque la cría ni la reconoce). Da puta pena y tiene mal fondo, me cae fatal y a mi no me parece tan cañón, sobretodo cuando sonríe... por cierto, que engorde un poco por favor.

Julito: el inocente Julito (me acabo de enterar que se ha follado a Pedro Reyes, no?) también tiene puntos para llegar a la final. Su aspecto killako y chulesco se ha visto adornado por un carácter sensible y cariñoso que, sumado a su relación con la vieja pelleja, le ha enternecido como concursante. Llega a la final y tampoco me sorprendería que ganase.

Lo dicho, a la final llegan los tres machotes de la casa, que este año las tías son más que descartables y llevan dos años ganando mujeres. La verdad es que el tema entre Julito, Iván y Orlando está bastante igualado... habrá que ver qué pasa.