Tostones personales aparte, permitidme ahora hablaros de lo que en su día los medios rebautizaron como “Ruta del Bakalao”. La originariamente apodada como “Ruta Destroy” es el movimiento originado en los años 80 cuyo apogeo mediático tuvo lugar a principios de los 90 en Valencia. Sus orígenes se remontan a finales de los 70 pero no me quiero extender demasiado en pormenores porque tenéis más información en la red si realmente os interesa saber más.
A muchos os sonará, aunque sea desde fuera, como a mí. Consistió en el mayor movimiento "clubbing" de España, hecho por y para españoles fundamentalmente, e inició dicho movimiento "clubbing" en el país, tal cual lo conocemos hoy en día. De hecho, no se puede desligar la forma de ocio nocturno de los españoles de hoy de lo que se heredó de este movimiento. Básicamente consistía en el desplazamiento por carretera de miles de jóvenes españoles entre las discotecas del área metropolitana de Valencia, de entre las cuales destacaron salas como Barraca, Spook Factory, Chocolate, Espiral, NOD (acrónimo del lema “no olvides drogarte”), Puzzle, y ACTV (supuesto acrónimo de “Arturo controla toda Valencia”), cada fin de semana, y sin apenas descanso.
La fama se disparó sobretodo a partir del año 87. Valencia empezó a llamar gradualmente y cada vez más la atención de gran parte de la juventud en España por sus horarios interminables, por la gran armonía existente y la tremenda libertad que se respiraba, sin apenas presiones de ningún tipo a nivel político, social o policial, y por ser el único lugar en España en pinchar un combinado de música electrónica vanguardista de aquella época junto con pop/rock independiente de importación. La aparición de nuevas drogas de diseño consumida en la misma pista de baile o los baños mixtos se encargó de ambientar un poco más las interminables noches de la reconocida ruta. De las Mezcalinas -drogas también derivadas de las anfetaminas, pero más enérgicas y menos alucinógenas- al MDMA o el éxtasis, MDA, metanfetamina o speed. Perderse ahora en nombres de locales (mucho más rupestres de lo que es de ley hoy día, muchos de ellos meros graneros, naves industriales o carpas circenses) y DJ’s es hilar demasiado fino para las pretensiones de este post. Lo típico: que si pinchadiscos de nombre y procedencia exótica, sesiones que se iniciaban a las 7 de la mañana y se prolongaban hasta el lunes o martes por la tarde (hubo una discoteca llamada Zona dedicada casi exclusivamente a su sesión de los lunes por la mañana!), aparcamientos atestados de coches y preservativos por el suelo y un ambiente de estupefacta hermandad tan feliz como colocada. Las primeras Raves, sesiones de after-hours y fiestas en la playa como se conocen hoy día tuvieron lugar ahí. En muchos casos, la gente que salía "de ruta" ni siquiera contrataba alojamiento en Valencia, si es que venía de fuera, y muchos no volvían a casa, si vivían cerca, sino que literalmente pasaban las 72 horas del fin de semana "de fiesta" en los locales, salvo pequeñas pausas para dormir o comer algo, muchas veces en el mismo coche o en los parkings de las discotecas. También se empezó a hacer frecuente la costumbre de salir de fiesta por la mañana, tras haber dormido por la noche (los menos). “Vivir sin dormir” era otro de los lemas comunes compartidos en esas noches interminables.
La cosa siguió en ritmo creciente y ya en el año 1991 llegó a producirse un verdadero movimiento social de dimensiones extraordinarias. Más de 30.000 jóvenes de todas partes de España se congregaban, sólo en las diferentes discotecas de
A partir de 1992, los medios de comunicación empiezan a hacerse eco de forma masiva de este movimiento. Desde 1993, los despliegues policiales empiezan a abundar, empieza a haber una gran alarma y presión social debido a la satanización de este movimiento de ocio por parte de los medios, e incluso de los políticos. De hecho, mientras el término Ruta Destroy fue acuñado por Vicente Pizcueta, otro gurú de la noche valenciana y responsable principal de Barraca, el término Ruta del Bakalao fue, en cambio, de invención por parte de los políticos del Gobierno del PSOE, en especial por parte del entonces ministro del Interior José Luis Corcuera, siendo Rafel Vera Secretario de Estado para
Otro factor que tuvo relativa importancia en la satanización de
Así pues, la música comienza a ganar bpm’s (revoluciones) y perder calidad. Los años 93 y 94 siguen atrayendo masas ingentes de jóvenes, aunque va siendo gente con menos inquietudes sobre la calidad musical, seriamente mermada. La gente variada, los peinados y looks extraños y ochenteros, que aún pervivían hasta 1992 o el 93, el cuero, las camisas estridentes y la ropa llamativa, van dejando paso rápidamente al corte de pelo al rape, los grandes aros en la oreja izquierda, las zapatillas, los chándales, o las bombers a modo de ejército clónico.
Se ponen de moda nuevas salas relativamente cercanas a Valencia que apuestan directamente por atraer el clima de cordialidad, libertad y buen rollo, pero dejando directamente el nivel musical en un plano secundario, y atrayendo principalmente gente muy joven, de
En definitiva, ya a finales de los 90, casi ninguna sala dedicada a sonidos derivados y evolucionados de esta movida (sonidos ya minoritarios), es capaz de superar con éxito la prueba hoy en día difícilmente superable del ambiente de casi absoluta cordialidad, y la violencia y la agresividad empiezan a ser una tónica habitual en esa clase de locales.
Me he tomado la libertad de linkaros un pequeño documental de una hora de duración de mi colección personal. Es un documento videográfico llamado “Hasta que el cuerpo aguante” emitido por Canal+ en el año 93 sacado de un viejo VHS pero de buena calidad. Supuestamente es un video que causo mucho daño a la ruta en su momento, propiciando la alerta y posterior llegada restrictiva de la policía nacional. Es muy interesante y está dividido en dos partes de una media hora aproximadamente. Realmente impactan las pintas, la gente, los coches, los garitos… resulta curioso cuanto menos. A mi me gustaría ver en qué situación estarán a fecha de hoy los que queden de aquel movimiento parasito-social. Currelas de la obra que se pegaban la semana deslomándose para luego fundírselo todo en chuflas, gasolina, consumiciones y la ropa para maquearse. Qué tiempos aquellos… y fueron felices y comieron… ¿pastillas?
Lo dicho, si indagáis algo más por la red encontraréis desde flyers de las catedrales más representativas hasta fotos de la peña, testimonios como estos e información de todo un movimiento social, quizás más desprestigiado que la movida madrileña pero igualmente importante para hablar del ocio nocturno juvenil de la recién estrenada transición. Existen algunos libros que versan también sobre el tema y he encontrado algunos vídeos adicionales. Este se emitió en la 2 no sé exactamente cuándo (aunque recomiendo verlo en segundo lugar), este es del 94, este otro es un trailer de otro documental que se ha puesto recientemente a la venta (más info aquí) y este es uno de unos cinco minutos locutado por Pérez Reverte. Que lo disfrutéis.
Muy bueno el documental, lo digo porque me cagué de risa. La gente bailando como gallina cacareando, gastándose un dineral y como tú lo dices comiendo pastillas.
Algo que me causó tanta gracia fue el momento de la chica pidiendo polla y el otro de tanto disfrute con las pastillas ni le importa un buen pan casero, aparte la gente veinte-añera parecían de treinta.
Tanta rutina y disfrute del desmadre le daba igual alimentarse con un buen polvo, y si lo hacían no creo que lo hayan disfrutado incluso recordado.
Pues yo soy como tú, prefiero ir a un bar tranquilo con un par de amigos a tomarnos un par de copas y luego rompérmela a mi novia las veces que quiera en mi cama.
Debo destacar y lo que mas me gusto fue el tremendo paisaje y el carretón pasando por la playa en el minuto 11:29 de la segunda parte, sin duda alguna , lo mejor del documental.
Celebro que te haya gustado el documental amigo anónimo. A mi también me parece muy cachondo, la verdad.
Lo cierto es que, pese que jamás de los jamases me hubiera gustado inmiscuirme en estos ambientes, no me importaría si a fecha de hoy la ruta siguiera viva, intentar ir una noche a otear el terreno en un par de locales. Simplemente para observar desde la arena lo que era la ruta Destroy... aunque probablemente me plantaría a mitad de la sesión pq me conozco y soy de los que a las 3 a.m. está hasta los huevos y loco por irse a casa.
Hola,os recomiendo un libro que estoy a punto de sacar para la primera semana de julio sobre este tema. La Ruta lo queramos o no fue un fenómeno social comparable al punk o hippie.
+info:www.larutadelbacalao.blogspot.com
Hola anónimo. Interesante libro, existen varios sobre ese tema. Te deseo mucha suerte en tu nueva apuesta bloggera.
Hola Dani. Yo sólo conozco el "En Extasí" del autor Oleaque. Cual más hay.
Bueno de todo aquello sólo nos quedan herpes, talco y techno-house, una pena oiga.